JUSTICIA EN AYOTZINAPA, MÉXICO
A los jóvenes normalistas de Ayotzinapa, a los sobrevivientes, a los desaparecidos, a los masacrados…
A sus familias y comunidades que hoy sufren incertidumbre e impotencia.
Al pueblo hermano de México.
A todos los afectados por la violencia y la violación de los derechos humanos.
A todas las personas de todas las naciones que creen y construyen paz y justicia:
En la comunidad de Ayotzinapa, en el estado mexicano de Guerrero, el 26 y 27 de Septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raul Isidro Vargas” fueron atacados por la policía municipal y presuntos grupos criminales. Tres normalistas y otras seis personas murieron. Cuarenta y tres jóvenes fueron detenidos y transportados por patrullas y hasta el momento se desconoce su condición y paradero. El proceso de investigación iniciado ha sido lento, plagado de omisiones, coacciones y silencios que atentan contra la transparencia y la confianza institucional.
Estas violaciones graves a los derechos humanos no se dan en contexto aislado. Según evaluaciones de organismos internacionales, en el país de México, es frecuente la vulneración de las garantías individuales y la violencia. El temor se esparce, es sabida la crisis de seguridad y de credibilidad institucional.
La vinculación de autoridades con grupos delincuentes, la omisión, tardanza y la irresponsabilidad del aparato gubernamental para prevenir y resolver demandas sociales como esta, los casi 50,000 desparecidos en los últimos años según la presidencia mexicana y los cadáveres humanos que se descubren constantemente en fosas… claman a gritos en busca de justicia.
En varias ciudades mexicanas la sociedad civil se moviliza. Se leen y escuchan consignas que hablan de ello: !Vivos se los llevaron, vivos los queremos!…; ¿Que cosecha un país que siembra cuerpos?…; ¡Quisieron enterrarnos pero olvidaron que somos semillas!…; Pienso luego me desaparecen…; ¡Nos han quitado tanto, que nos quitaron el miedo!…; “¿Cuál es el futuro de un país que mata a sus estudiantes?”
Un reclamo por Ayotzinapa se esparce por todo el mundo, en Europa, América, Asia, África, y Oceanía, hay voces que piden la aparición con vida de estos jóvenes, el respeto por la dignidad humana y la construcción de un clima real de paz y desarrollo.
Parafraseando a Elena Poniatowska:
“Queremos un mundo donde no haya asesinatos, donde toda la gente tenga las mismas oportunidades. No podemos seguir así, sentados sobre huesos, sobre fosas. Tenemos una causa común, la causa del amor que le tenemos al ser humano y a nosotros mismos y el cuidado de los que vienen después, no sólo de los hijos propios, sino de todos los niños del mundo: ¿Qué les estamos dejando, qué les vamos a decir cuando nos pregunten y tú qué estabas haciendo?”
Unidos a ellos, esta comunidad se solidariza. Por ello les invito a que nombremos a estos jóvenes que sufrieron una desaparición forzada, dejando un lugar en las aulas de clases, un sitio que nada llena en sus familias, un hueco en el corazón de un pueblo lastimado como es México. Y les acompañemos en el deseo de que regresen pronto.
Jorge Alberto Ramos-Guerrero
This article was published on August 12, 2015, for the International YouthDay, in Global Education Magazine.