La Cooperación al Desarrollo a través del turismo en países subdesarrollados
Profesor en Turismo, Medio Ambiente y Administración de Empresas en Universidad Tecnológica de Santiago, UTESA (República Dominicana). Doctorando en Turismo en Universidad de Sevilla (España).
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Resumen: El turismo es uno de los principales sectores económicos a nivel internacional. En este sentido, la industria del turismo se conforma como una herramienta de cooperación al desarrollo, sobre todo, en países subdesarrollados. Para ello es necesario que el turismo se desarrolle siguiendo diversos principios, entre ellos el desarrollo sostenible y la capacidad de carga. El objetivo de esta investigación es analizar las diferentes formas de turismo que pueden contribuir a aliviar la pobreza en los países subdesarrollados, a través del desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y la conservación de los recursos naturales. La metodología empleada para desarrollar esta investigación ha consistido en una revisión de la literatura científica sobre temas relacionados con el turismo y la cooperación al desarrollo.
Palabras clave: Turismo, Cooperación al Desarrollo, Desarrollo Sostenible, Desarrollo Económico, Pobreza, Comunidad Local, Países en Vías de Desarrollo.
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DEVELOPMENT COOPERATION THROUGH THE TOURISM IN DEVELOPING COUNTRIES
Abstract: Tourism is one of the most important economic sectors internationally. In this sense, the tourism industry is shaped as a tool of cooperation, especially in underdeveloped countries. This requires that tourism is developed following several principles, including sustainable development and capacity of load. The objective of this research is to analyze the different forms of tourism can contribute to poverty alleviation in developing countries, through socio-economic development of local communities and the conservation of natural resources. The methodology used to develop this research consisted of a review of the scientific literature on topics related with tourism and development.
Keywords: Tourism, Development Cooperation, Sustainable Development, Economic Development, Poverty, Local Community, Developing Countries.
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INTRODUCCIÓN
El turismo se configura como una de las principales industrias a nivel internacional, pudiéndose hablar de turismo de masas y de turismo alternativo (Fernández Zambón y Guzmán Ramos, 2005; Vargas Sánchez, 2007; Castillejo Canalejo et al., 2011).
En este sentido, actualmente los turistas buscan nuevas formas de turismo que satisfagan sus nuevas necesidades (Rodríguez García et al., 2010), lo que está dando lugar a la aparición de nuevas formas de turismo. Así, estas formas se relacionan con el concepto de desarrollo sostenible, es decir, por un lado buscar mejorar el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales del destino, y por otro, buscan fomentar la conservación y el respeto hacia la naturaleza y el medio ambiente.
En este aspecto, aparecen nuevas tipologías turísticas relacionadas con diversos aspectos, como los culturales (Brent Ritchie y Zins, 1978; Ning y Hoon, 2011), rurales (Ying y Zhou, 2007; Su, 2011), industriales (Leiper, 2008; Valenzuela Rubio et al., 2008), naturales (Orgaz Agüera, 2012; Castellano Verdugo y Orgaz Agüera, 2013), gastronómicos (Jeou-Shyan et al., 2012; Mak et al., 2012), religiosos (Ron, 2007; Bandyopadhyay et al., 2008), ornitológicos (López Roig, 2008; Moral Cuadra y Orgaz Agüera, 2012), deportivos (Funk y Bruun, 2007; Weed, 2009), idiomáticos (Hernández Mogollón y Campón Cerro, 2010; Pardo Abad, 2011), patrimoniales (Li et al., 2008; Weaver, 2011), arquitectónicos (Pérez-Monserrat et al., 2006; Troitiño y Troitiño, 2009) o de negocios (Besteiro Rodríguez, 2003; Getz, 2008), entre otros, que adquieren una importancia destacada para el desarrollo de determinados destinos.
Estas tipologías están dando lugar a la creación de nuevos productos turísticos, que buscan mejorar la oferta turística del destino, pero, que además, genera recursos económicos en las comunidades locales, y contribuye a conservar las áreas naturales. Por lo tanto, hablamos de tipologías o formas de turismo que sirven de herramientas para la cooperación al desarrollo. En este sentido, esto ha sido ya estudiado por diversos autores (Lee, 1987; Teye, 1988; Huybers y Bennett, 2003; Orgaz Agüera, 2013).
El objetivo de este trabajo es analizar las formas de turismo que ayudan a mejorar el desarrollo en países en vías de desarrollo, generando una mejora del desarrollo socioeconómico de la población local y un fomento de la conservación de los recursos naturales.
La metodología utilizada para elaborar este artículo proviene de una revisión de las fuentes secundarias, en concreto, a través de la revisión de la literatura científica de artículos de otros autores sobre el turismo y la cooperación al desarrollo.
Para cumplir los objetivos establecidos en este artículo, este trabajo se estructura, tras esta introducción, en un segundo apartado donde se realiza una introducción al concepto de turismo y se desarrollan unas consideraciones previas en torno a este término. En un tercer apartado se desarrolla la parte principal de este trabajo: La cooperación al desarrollo a través del turismo. En un cuarto apartado se desarrolla las principales conclusiones de esta investigación. Finalmente, en un quinto apartado, se muestra la bibliografía consultada.
CONCEPTO DE TURISMO Y CONSIDERACIONES PREVIAS
El origen de la palabra turismo ha sido objeto de estudio por parte de numerosos autores (Sanz Domínguez, 2005). Así, diversos autores han manifestado que los primeros textos escritos donde aparecen términos referidos al turismo datan de finales del siglo XIX (Fernández Fuster, 1974). Posteriormente, a lo largo del pasado siglo, muchas han sido las primeras definiciones que se han intentado dar de turismo (Hunziker y Krapf, 1942; Burkart y Medlik, 1981; Mathieson y Wall, 1982), aunque, muchas de ellas han quedado incompletas con el paso del tiempo.
El problema es que explicar el turismo no es fácil, debido a que, en la mayoría de los casos, palabras como viajar, ocio, tiempo libre, vacaciones, industria turística, recreo o actividades económicas turísticas, entre otras, se articulan en torno a la palabra turismo (Hiernaux, 2002), y en ocasiones se emplean como sinónimos, siendo esto algo erróneo (Sanz Domínguez, 2005). Así, Lickorish y Jenkins (2000) afirman que la mayor parte de los expertos tienden a elaborar su propia definición.
En este sentido, la definición realizada por Hunziker y Krapf (1942) ha sido la que más aceptaciones ha tenido por parte de la comunidad científica del turismo. Estos autores definen turismo como “el conjunto de la relaciones y fenómenos producidos por el desplazamiento y permanencia de personas fuera de su lugar de domicilio, cuando dichos desplazamientos y permanencias no estén motivados por una actividad lucrativa”.
Aunque, el acontecimiento clave para abordar una definición de turismo a nivel internacional fue la Conferencia sobre Viajes y Estadísticas de Turismo, celebrada en Otawa (Canada) en 1991. Uno de los resultados de esta conferencia fue una serie de definiciones que se establecieron y se aceptaron a nivel internacional. Estas definiciones fueron oficialmente publicadas por la OMT en 1995.
Así, para la OMT (1995), el turismo es “el conjunto de actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocio y otros motivos, y no por motivos lucrativos”.
Esta definición ha sido adoptada por las principales instituciones internacionales con competencia en turismo, y tiene cinco características:
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Combinación de fenómenos y relaciones.
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Presencia de un elemento dinámico, el viaje, y otro estático, la estancia, donde surgen esos fenómenos y relaciones.
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Realización de actividades distintas de aquéllas del lugar de trabajo y residencia.
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Temporalidad y limitación del desplazamiento.
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Motivación de la visita no vinculada al trabajo remunerado o búsqueda de empleo.
También es importante destacar el hecho de que no todas las personas que visitan un destino pueden ser considerados turistas, sino que hay que hacer una diferencia entre los conceptos de excursionista y turista.
Así, se consideran turistas a:
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Aquellas personas que efectúan un viaje de placer o por razones de familia, salud, etc.
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Las personas que van a reuniones o a cualquier misión, independientemente del tema que traten.
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Personas que viajan por negocios.
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Los visitantes de crucero marítimo, aunque la duración de su estancia sea menor a 24 horas.
Por otro lado, no se consideran como turistas:
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Las personas que llegan con o sin contrato de trabajo para ocupar un empleo o ejercer una actividad profesional.
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Aquellas personas que viajan a un país para fijar su domicilio.
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Los estudiantes o jóvenes que estén en las escuelas.
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Los fronterizos y las personas que vivan en un país pero trabajen en otro.
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Aquellas personas en tránsito que no se detienen en el país, aún si su travesía es superior a veinticuatro horas.
A partir de estas consideraciones, llegamos a lo que se conoce como sistema turístico. Así, se pueden encontrar definiciones de turismo donde se incorporan los conceptos de sistemas y redes turísticas (Jafari, 1994), o incluso, otros autores (Kaspar, 1976; Guibilato, 1983) hablan de modelos sistémicos para estudiar el turismo y la industria turística. En este aspecto, según Leiper (1990), el sistema turístico parte de una proposición simple: sin turistas el sistema turístico no tiene ninguna base empírica. Bajo esta premisa, los elementos del sistema se identifican considerando el patrón general de los itinerarios de los turistas (Cobo Quesada et al., 2009).
En este sentido, el sistema turístico se desarrolla en un espacio, que puede ser físico o funcional, donde se distribuyen recursos, reales o potenciales, que forman parte de un producto turístico, por el cual los usuarios o turistas se desplazan con la intención de consumirlo, buscando satisfacer las necesidades previstas en ese viaje. Por lo tanto, en el sistema turístico están incluidas todas las organizaciones centradas en el negocio y la industria del turismo.
LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO A TRAVÉS DEL TURISMO
El turismo es uno de los mayores fenómenos mundiales a nivel económico, social y cultural, desde mediados del siglo pasado. Su capacidad de generar rentas y crear empleo hace que se visualice como un motor de desarrollo para los países en vías de desarrollo. El turismo es una herramienta muy utilizada como estrategia para el desarrollo económico y social en países subdesarrollados. Un ejemplo claro lo configura el Banco Mundial, que ya utilizó en los años setenta el turismo en sus estrategias de desarrollo (Hawkins y Mann, 2007).
En este sentido, en los últimos años se están creando y desarrollando nuevas herramientas de cooperación al desarrollo internacional que intentan paliar la pobreza en determinados países, en general subdesarrollados. Entre estas herramientas, y dentro de la actividad turística, han aparecido diversas tipologías y formas de turismo. Así, podemos mencionar el turismo comunitario, turismo responsable o justo y turismo solidario, además de la propia actividad ecoturística. Hablamos de tipologías turísticas sostenibles, que pretenden mejorar el respeto y la preservación de los recursos medioambientales y culturales, y contribuir al desarrollo social y económico. También se han desarrollado programas encaminados a reducir la pobreza en destinos localizados en países en vías de desarrollo.
Así, el concepto de turismo comunitario hace referencia a una tipología turística que busca minimizar los impactos sociales, culturales y económicos del turismo. Este turismo se puede definir como “toda forma de organización empresarial sustentada en la propiedad y en la autogestión de los recursos patrimoniales comunitarios, con arreglo a prácticas democráticas y solidarias en el trabajo y en la distribución de los beneficios generados para el bienestar de sus miembros” (López-Guzmán Guzmán et al, 2006:31).
El turismo comunitario se caracteriza por la participación de la población local en todas las fases del desarrollo turístico, así como por el reparto equitativo de beneficios generados por la actividad turística en el área y por el respeto a la identidad y cultura local. Esta forma de turismo también favorece el fortalecimiento de los turistas, así como un verdadero diálogo intercultural entre el propio turista y la comunidad local. En este sentido, y según López-Guzmán Guzmán et al. (2006) el turismo comunitario puede ser una buena actividad económica, siempre complementaria, para aquellas comunidades en donde es difícil plantear otras alternativas. Pero, también el turismo comunitario puede presentar inconvenientes, sobre todo aquellos relacionados con el abandono de las tradicionales actividades económicas o de la presión que ejerce todo tipo de turismo sobre el entorno natural.
Por su parte, el turismo responsable o justo no es una actividad turística propiamente dicha, sino, que tal y como señalan Cañada y Gascón (2003), aparece como un movimiento que busca establecer modelos de desarrollo turístico sostenibles y específicos para cada área de un destino, teniendo en cuenta las variables sociales, económicas y medioambientales que existen en ese destino. También, el turismo responsable denuncia los impactos negativos que la actividad turística genera en la población local, así como la pérdida de la autenticidad e imagen que los turistas pueden hacerse de la realidad que han ido a conocer. Por último, este movimiento turístico valora y reclama la responsabilidad de todos los stakeholders con el objetivo de favorecer modelos turísticos sostenibles en el destino.
Según la “Declaración de Ciudad del Cabo sobre Turismo Responsable en los Lugares de Destino”, el turismo responsable consiste en “crear mejores lugares para vivir y mejores lugares para visitar”. En esta misma declaración se mencionan una serie de características del turismo responsable:
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Minimiza los impactos negativos desde el punto de vista económico, ambiental y social.
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Genera mayores beneficios económicos para la población local y mejora el bienestar de las comunidades anfitrionas, las condiciones de trabajo y el acceso a la industria.
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Involucra a la población local en las decisiones que afectan a sus vidas y a sus oportunidades.
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Contribuye positivamente a la conservación del patrimonio natural y cultural y al mantenimiento de la diversidad mundial.
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Ofrece experiencias más agradables a los turistas a través de conexiones más significativas con la población local, y de una mayor comprensión de las cuestiones culturales, sociales y ambientales locales.
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Facilita el acceso a personas con movilidad reducida, y tiene en cuenta los aspectos culturales ya que promueve el respeto entre turistas y anfitriones y contribuye al orgullo y a la confianza local.
Esta misma Declaración dice que el turismo responsable debe desarrollarse desde los principios del desarrollo sostenible.
Por último, el turismo solidario se concibe como aquel viaje turístico en el que la solidaridad constituye la principal motivación del viajero. Pero, hasta el momento no existe un consenso sobre qué se puede entender por turismo solidario, aunque si es un turismo con unas características concretas (Palomo Pérez, 2006). Así, el turismo solidario:
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Se dirige a un segmento de mercado en el que la motivación de la demanda es la visita de «lugares o espacios solidarios», considerados estos como aquellos en los que se han promovido proyectos de desarrollo o donde la población local tiene una amplia participación en alguna fase del proceso productivo.
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Realiza el proceso productivo entre los stakeholders, entre ellos las Organizaciones No Gubernamental de Desarrollo (ONGD) o grupos locales.
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Se promueve para que los turistas tengan un contacto más directo con la población local de los países en vía de desarrollo.
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Se expande, en algunos casos, a cualquier tipología turística bajo la premisa de que el turista que visita un país en vía de desarrollo preste ayuda humanitaria o ayude con otras actividades al desarrollo del área aprovechando su desplazamiento o viaje en el destino.
Cuando hablamos de turismo solidario no debemos olvidar los viajes que se realizan por solidaridad. Se trata de viajes que se desarrollan hacia una población con circunstancias graves (guerras, catástrofes medioambientales, etc.).
Dentro de la cooperación al desarrollo a través del turismo, debemos también mencionar lo que se conoce como Pro-Poor Tourism (PPT). Este enfoque, tiene como objetivo incrementar los beneficios netos de la actividad turística para las comunidades más desfavorecidas. En este caso no hablamos de un producto turístico específico ni de un sector de la actividad turística, sino de una forma de desarrollo turístico en destinos localizados en zonas subdesarrolladas, que tiene como objetivo principal incrementar las oportunidades para las comunidades desfavorecidas de los países en vías de desarrollo, ya sea para obtener beneficios económicos o para aumentar su participación en los procesos decisorios, para fortalecerlas, etc. Aquí, el elemento clave es la reducción de la pobreza y no la brusquedad de la sostenibilidad (Ashley et al., 2001).
Así mismo, según Ashley et al. (2001), el turismo en favor de las zonas menos desarrolladas pretende crear:
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Beneficios económicos para los pobres a través del empleo y la venta de bienes y servicios al turismo.
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Otros beneficios en los medios de vida a través de la mejora de las comunicaciones e infraestructuras, por ejemplo la posibilidad de llevar los productos agrícolas al mercado.
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Capacitación para los pobres a través de su participación en la toma de decisiones. Es un caso mucho menos frecuente, pero para que los pobres se beneficien realmente del turismo, las ideas y los principios del turismo en favor de los pobres deben vincularse activamente al desarrollo turístico y a los procesos de planificación. Sólo si se escucha la voz de los pobres, se podrán tener en cuenta sus intereses.
También debemos considerar importante en lo referente a la cooperación al desarrollo a través del turismo el “Programa Turismo Sostenible – Eliminación de la Pobreza” (ST-EP). En este Programa se presentan siete mecanismos diferentes mediante los que los pobres pueden beneficiarse directa o indirectamente del turismo:
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Empleo de los pobres en empresas turísticas.
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Suministro de bienes y servicios a las empresas turísticas por los pobres o por empresas que los empleen.
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Venta directa de bienes y servicios a los visitantes por los pobres (economía informal).
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Creación y gestión de empresas turísticas por los pobres. Por ejemplo, microempresas, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) o empresas de base comunitaria (economía formal).
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Aranceles e impuestos sobre los ingresos o beneficios del turismo cuya recaudación se destine a beneficiar a los pobres.
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Donaciones y apoyo voluntario de las empresas turísticas y de los turistas.
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Inversión en infraestructura, estimulada por el turismo, que beneficie también a los pobres de la localidad directamente o mediante el apoyo a otros sectores.
Para algunos investigadores, el turismo cultural también se ha configurado como una tipología turística clave para favorecer la cooperación al desarrollo (Moragues Cortada, 2006; Rausell, 2007; Nogues-Pedregal, 2009). Estos autores hablan en contextos parecidos de que darle valor a la cultura en contextos turísticos ayuda a recuperar la identidad cultural. Al igual pasa con el ecoturismo, que se configura como una tipología turística que favorece el desarrollo del destino (Castellanos Verdugo y Orgaz Agüera, 2013).
Por último, una herramienta clave es la investigación en turismo. En los últimos años se han desarrollado numerosas investigaciones referentes al turismo como herramienta de cooperación al desarrollo en destinos desfavorecidos (Lopez-Gúzman Guzmán et al., 2006), y eso ha ayudado a mejorar los destinos a través de la puesta en valor de sus recursos para el turismo.
CONCLUSIONES
El turismo se configura como una de las principales industrias económicas a nivel internacional. Así, son muchas las formas de turismo o las tipologías turísticas que se han ido creando con la finalidad de mejorar los destinos más desfavorecidos.
Así, tipologías como el ecoturismo, turismo cultural, turismo gastronómico o el turismo ornitológico se configuran como tipos de turismo que mejoran el desarrollo de los destinos subdesarrollados. Por otro lado, también han aparecido nuevas formas de turismo, al igual que programas internacionales, que fomentan la cooperación al desarrollo de los destinos más desfavorecidos (turismo comunitario, turismo justo, turismo solidario, Pro-Poor Tourism, Programa STEP, etc.).
En este sentido, estas tipologías y formas de turismo son herramientas de cooperación al desarrollan a través del turismo. En concreto, a partir de ellas se fomenta, por un lado, la conservación de los recursos naturales, patrimoniales y culturales, y por otro, se ayuda a mejorar el desarrollo social y económico de las poblaciones o comunidades locales de los destinos en vías de desarrollo.
Por tanto, el turismo puede ser un sector clave para erradicar la pobreza y para mejorar la calidad de vida de las personas. Aunque, para ello, y en todo momento, se debe desarrollar bajo los principios del desarrollo sostenible: Desarrollo social de las poblaciones locales, reparto de beneficios entre todos los stakeholders (aunque los principales beneficiarios deben ser las poblaciones locales) y conservación y respeto hacia los recursos naturales y el medio ambiente.
Como conclusión final, el turismo es una herramienta fundamental para la cooperación al desarrollo en países en vías de desarrollo. Así, la Organización Mundial del Turismo habla de una evolución del turismo que muestra un panorama alentador para los países subdesarrollados, puesto que indica una tendencia hacia la redistribución de los flujos mundiales de ingresos por turismo. Aquí el elemento fundamental viene dado por el desarrollo del turismo comunitario, turismo responsable, turismo solidario, ecoturismo, turismo cultural, y todos aquellos turismos sostenibles, que buscan generar un mejor desarrollo en el destino a través de la potencialización de los recursos locales (naturales, culturales o patrimoniales).
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This article was published on September 15th: International Day of Democracy, in Global Education Magazine.