Una Esperanza en Medio del Conflicto. Caracterización de algunas iniciativas sociales para combatir la violencia pandilleril en Guatemala.

 

Karen Nathalia Cerón Steevens, global Education Magazine,Karen Nathalia Cerón Steevens  

Universidad del Rosario, Facultades de Ciencia Política, Gobierno y de Relaciones Internacionales.

e-mail: nathaliasteevens@gmail.com  /  ceron.karen@ur.edu.co

 

Ganadora del 1º Premio UNESCO , Juan Bosch, Global Education Magazine, Karen Nathalia Cerón

 

Disponible para personas ciegas 

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Resumen: A lo largo del presente artículo se examinan algunas respuestas no gubernamentales para combatir la problemática de las maras o las pandillas juveniles en Guatemala. Con esta revisión se pretende mostrar el trabajo incansable que están llevando a cabo estas organizaciones para romper las cadenas propiciadas por la violencia juvenil, mediante estrategias que intervienen en las causas estructurales del problema. A pesar de que la paz se vislumbre como una realidad lejana y mezquina parece posible de consolidar a través de iniciativas integrales de mediano y largo plazo que se construyen paso a paso en contextos como el guatemalteco. Sin embargo, no se pueden desconocer los grandes obstáculos y los enormes retos que aún están pendientes por la complejidad del fenómeno.

Palabras clave: maras y pandillas juveniles, estrategias de prevención de la violencia, rehabilitación y reinserción de los jóvenes a la sociedad, Guatemala.

A Hope in the Middle of the Conflict. 

Characterization of Some Social Initiatives to Attack the Gang Violence in Guatemala.

Abstract: This article examines some non-governmental responses to deal with the problem of the “maras” or youth gangs in Guatemala. This review tries to show the non-stop work that these organizations are carrying out to break the chains caused by juvenile violence, through strategies that intervene in the structural causes of the problem. While peace is glimpsed as a distant reality, it seems to be possible to consolidate it through integral initiatives in the medium and long term that are constructed step by step in contexts as the Guatemalan. Nevertheless, the big obstacles and the enormous challenges because of the complexity of the phenomenon cannot be ignored.

Key words: “maras” and youth gangs, prevention strategies of the violence, rehabilitation and reintegration of young people into society, Guatemala.

América Latina, ha sido un territorio afectado durante muchas décadas por diversas manifestaciones de violencia. La paz positiva en términos galtunianos parece ser una lejana idea cada vez más difícil de alcanzar. Algunos países atraviesan aún por cruentos conflictos armados, unos superaron ya esta etapa y viven en un tenso período postconflicto; y otros están azotados por oleadas de inestabilidad ocasionadas por la peligrosa conjunción entre narcotráfico, crimen organizado, pandillas juveniles, armas y corrupción.

Mientras tanto, muchas problemáticas como la falta de inclusión social, la debilidad de las instituciones políticas, la impunidad, la desigualdad y la perversa lógica del “fin justifica los medios” implantada en las estructuras sociales de algunos de los países de la región, aún están presentes siendo potenciales generadores de conflicto.

En este sentido, a lo largo de este artículo se pretenden exponer ciertas estrategias lideradas por organizaciones de la sociedad civil1 guatemalteca que buscan combatir uno de los fenómenos más complejos vividos en este Estado. Se trata de la violencia propiciada por las maras o las pandillas juveniles, organizaciones delictivas que con el paso de los años se han fortalecido y evolucionado al punto de consolidar un sofisticado sistema de extorsión mientras realizan alianzas esporádicas con otros actores ilegales del país; situación que complementa la tradicional idea de la pandilla como organización que cuida de ciertos territorios, rivaliza constantemente con la pandilla enemiga y realiza narcomenudeo. En este sentido, esta problemática afecta cada vez más la seguridad y estabilidad del territorio guatemalteco fundamentalmente urbano, mientras las debilidades estructurales e instituciones que caracterizan a este país, siguen obstaculizando una solución para frenar este difícil problema.

Por lo anterior, cabe mencionar las características de aquellas iniciativas pacíficas y civiles que pretenden un cambio necesario para que a pesar de las complicadas condiciones del contexto guatemalteco y las motivaciones de los jóvenes para seguir ingresando a las filas de las maras, se propicien nuevas oportunidades y escenarios de participación para la juventud, buscando acabar con el círculo vicioso de la violencia.

En este orden de ideas, desde hace más de una década diversas organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales están trabajando en torno al fenómeno de las maras en Guatemala. Su trabajo pudo ser constatado luego de visitar la ciudad capital (Ciudad de Guatemala) y debido a la comunicación y al contacto que se estableció con algunas de ellas. En principio, dichas instituciones coinciden en que las políticas integrales son fundamentales para abordar este fenómeno y enfatizan en la prevención, la rehabilitación y la reinserción pues reconocen los elevados costos sociales de las actividades violentas y delictivas de las maras. En este sentido, Rueda, directora de la organización Alianza Joven, anota que reinsertando sesenta jóvenes por semana quienes cometen entre 3 o 4 delitos diarios, se está evitando el sufrimiento de casi 1000 guatemaltecos en un mes. Lo anterior, beneficia no solo a la población sino que también ayuda en la re significación de aquel pandillero como ser humano”.2

Las organizaciones consultadas mencionan también, que la política de represión liderada desde el Estado es perjudicial e incompleta y consideran que para lograr solucionar el fenómeno se requiere entre otras cosas, la generación de oportunidades educativas y laborales; el empoderamiento del joven para que sea un ciudadano con derechos y deberes e incluso involucrar a los ex pandilleros en procesos de prevención, realizando campañas de concientización que resalten su experiencia en la pandilla. Cabe mencionar que las iniciativas de estas instituciones en algunos casos, ocupan los vacíos en materia de políticas públicas, que deja el Estado guatemalteco.

No desconocen tampoco la dificultad de trabajar con esta población y más aún cuando salir de la pandilla puede implicar en la mayoría de los casos, pagar con la propia vida. Estas organizaciones comentan también, que a las maras se les atribuye mucho más de lo que propician, y sobre ellas recae la responsabilidad del mayor número de acciones violentas a través del discurso de las autoridades gubernamentales y los medios de comunicación, situación que en momentos no es congruente con la realidad e incrementa el temor y el rechazo hacia estas agrupaciones violentas. Lo anterior, encubre otras fuentes de criminalidad y diferentes tipos de violencias que están presentes en este Estado.

Finalmente, cabe resaltar que sus intervenciones son de corto, mediano y largo plazo y están financiadas fundamentalmente con recursos privados y de cooperación internacional. Por su parte, aunque se está superando la intervención puntual a la problemática con programas más integrales y sostenibles, esperando que la sociedad en su conjunto crea en la rehabilitación; los esfuerzos se ven entorpecidos en algunos momentos, porque a pesar de “la multiplicación de entidades y proyectos que están trabajando con esta población los resultados no parecen sustanciales. Falta mucha coordinación entre entidades pues cuesta colaborarse mutuamente. Se requiere de mayor unión para evitar que se repitan las iniciativas y que haciendo lo mismo, se dupliquen esfuerzos”.3

Ahora bien, de acuerdo a los resultados del trabajo de investigación adelantado en esta materia, resulta oportuno detallar algunas iniciativas de la sociedad civil para combatir la problemática de las maras. Alianza Joven, por ejemplo, trabaja en la prevención de la violencia brindando oportunidades para la niñez y la juventud en riego que carece de recursos económicos. Sus actividades están enfocadas en lo que esta organización denomina los Centros de Alcance, unos espacios educativos donde se imparten cursos de inglés, computación, teatro, baile y música que han beneficiado a 4800 niños y jóvenes entre los 6 a los 19 años (Siglo 21, 2010).

Siguiendo la misma línea de capacitación y educación, cabe resaltar el trabajo del programa Caminando por la Paz, una iniciativa liderada por jóvenes que a través de la religión católica, la educación y la generación de espacios lúdicos, pretenden prevenir y controvertir la violencia juvenil sin salir de la comunidad misma. El programa está ubicado en Paraíso II, Zona 18 de Ciudad de Guatemala, una zona marginal y denominada por el gobierno como roja, estos jóvenes creen en la necesidad de vivir con la gente, de superar las medidas de corto plazo y del valor del ejemplo. La iniciativa está basada en la educación: desde el nivel básico, bachillerato y universidad (…) “Lo que hacemos es acompañar a los jóvenes con sus tareas en un centro de estudio y con tutores y también tenemos sitio para la meditación y la misa. Hacemos actividades para que mantengan la mente ocupada. Finalmente, influimos en las escuelas, pues sus esquemas son desorganizados en las zonas marginales. Tenemos experiencias muy buenas, dos jóvenes están estudiando en EEUU, ellos van a volver y serán líderes en la comunidad.”4

Por su parte, además de prevenir la violencia, Alianza Joven según lo expone su directora, dirige sus esfuerzos también en la rehabilitación y lo que algunos autores han llamado la “desmarización” (Hum, Ramos y Monzón, 2006), a través de terapias intensivas, grupos de adicciones, apoyo sicológico y espiritual sin denominación religiosa, capacitación para el trabajo, e incluso mediante el destatuado.

 Otro enfoque que ha resultado útil es el espiritual.5Es decir, que con el apoyo de distintas iglesias,6 se ha conseguido que los jóvenes salgan de la pandilla a través de la creencia en Dios, lo que no solo le da un sentido distinto a sus vidas sino también les muestra un camino diferente al margen de los homicidios y la acción delictiva. En este sentido la experiencia de Ciudad Peronia, conjuga el enfoque espiritual y la rehabilitación a través de la educación de los ex pandilleros (brindando formación en computación, cerámica, cocina, talleres de atención al cliente, entre otros) para que contribuyan al desarrollo de su comunidad mediante proyectos productivos, vendiendo sus productos dentro de la misma y siendo generadores de confianza.7A lo que Méndez agrega, (…) “estamos trabajando para que todos los jóvenes de Peronia, tengan un trabajo digno dentro de su misma comunidad. El crecimiento de Peronia es nuestro reto con acompañamiento y afecto pues muchos de ellos no saben leer ni escribir y si les preguntamos qué saben hacer, responden, robar y delinquir”.8

Esta iniciativa se ha enfrentado a serias dificultades vinculadas fundamentalmente al proceso de creación de confianza en la comunidad que parte de la reconciliación con los pandilleros (los mareros pidieron perdón públicamente) Adicionalmente, hay un reto mayúsculo en cuanto a la importancia de desarrollar capacidades para el trabajo en unos jóvenes que solo saben delinquir. Finalmente, no resulta nada fácil convencer a actores externos para que crean en la conversión de Peronia, por ejemplo a los bancos, buscando que lleven sus sucursales allí.

Por otro lado, luego de tomar la decisión de salir de la pandilla y de ser otro joven para la sociedad, viene la etapa de la reintegración, un escenario en el que deben enfrentarse a desafíos sustanciales. En primer lugar, debido al estigma con el que quedan estos jóvenes ex pandilleros, muchas veces por el hecho de poseer un tatuaje9 y en segunda instancia por la dificultad de integrar a un ex pandillero a una empresa debido al miedo y la desconfianza que puede producir en su potencial circulo de trabajo (ya que sus compañeros y superiores pueden haber sido sus víctimas) No obstante, según Méndez y Zuñiga, en la mayoría de los casos, los resultados han sido favorables, dado que los “ex” que han logrado ingresar se han mantenido con éxito, siendo empleados destacados que valoran supremamente la oportunidad que se les ha dado.

Como otro tipo de estrategia, el reality show, Desafío 10, buscó reintegrar a la sociedad a cinco ex pandilleros,10 convirtiéndolos en empresarios en medio de un espectáculo televisivo. Con la ayuda de empresarios destacados como Carlos Zúñiga, esta nueva estrategia combatía dos fuentes fundamentales para la perpetuidad de la problemática de la violencia juvenil. En primer lugar, la falta de oportunidades y capacitación para el trabajo y en segundo lugar, la indiferencia y la falta de conciencia de la sociedad ante el fenómeno.11

Durante un periodo de quince días, se les mostró a los ex pandilleros opciones distintas al crimen12 y que necesitan apartarse del resentimiento construido en contra de la sociedad. Frente al segundo objetivo, Zúñiga considera que logró buenos resultados en su empresa y en su familia, sin embargo, resalta la necesidad de que el conjunto de la sociedad sea socialmente más responsable frente a este fenómeno. Finalmente, agrega que quienes tienen facilidades económicas también deben ser concientizados:

“Se necesita también que los niños “bien”, como mis hijos que viven dentro de una bola de cristal, viviendo en Guatemala pero sin conocer la realidad de la misma, sepan lo que está pasando en los barrios pobres, en el campo donde no hay empleo. Pues ellos serán los futuros líderes del país, y si los futuros líderes cada vez conocen menos las realidades sociales ¿cómo saldremos de esta situación? Entonces, ellos no tendrán un país más sano, tendrán que esconderse pues si salen a la calle los van a asaltar, no se puede vivir así y la única manera de cambiar, es cambiar las estructuras, a través de la generación de oportunidades”.13

En esta misma vía de concientización, el movimiento Jóvenes por Guatemala es un ejemplo de la movilización social liderada por los jóvenes en pro de acciones concretas de cara a las problemáticas del país. Creando espacios de participación para la juventud,14 realizando campañas15 de sensibilización a la población y valiéndose de las redes sociales, consolidan estrategias para enfrentar la violencia. Según Pedro Cruz, su director,

“buscamos presentar una voz de rechazo ante las injusticias y dificultades que más afectan al Estado guatemalteco (entre esas la violencia) y queremos incidir de manera positiva en la vida nacional. Le apostamos a la transformación ciudadana y al respeto de la dignidad de la vida humana, dejando atrás ideologías, recuperando los valores y centrándonos en la familia y en el dialogo”16.

Finalmente, resulta fundamental destacar el papel de la organización Grupo Ceiba, coordinada por Marco Castillo. Desde su fundación desde hace 21 años, Grupo Ceiba ha atendido a un aproximado de 60.000 personas y se constituye como uno de los centros de rehabilitación y reinserción más estructurados y reconocidos incluso a nivel internacional, por sus importantes logros. Con un esquema de capacitación presencial,17 esta institución proporciona un programa de prevención y apoyo en las zonas marginales donde emprenden actividades lúdicas y deportivas así como trabajos comunitarios. Además, el grupo ha jugado el papel de intermediador para la consolidación de pactos de cese a la violencia en épocas particulares del año como la Navidad. Brindan becas para sus estudiantes apoyándolos con el transporte, la comida, la vivienda (en algunos casos) así como buscándoles una oportunidad laboral. En este sentido, Antonio, beneficiario de Ceiba, relata, “me tienden la mano, me aconsejan, para apartarme de las cosas que estaba haciendo, de drogarme, de estar tomado, me dieron el apoyo que no tuve en mi hogar, en Ceiba me dieron la oportunidad de capacitarme y obtener un trabajo”. William, otro beneficiario agrega que “en Ceiba, platicaban conmigo, me subían la moral, me propusieron que me ocupara en algo bueno, pero no tenía casa, trabajo, nada. Entonces, me ofrecieron también, darme el almuerzo, los pasajes y dónde vivir”.

Definitivamente, a pesar de las dificultades, estas organizaciones han asumido un papel activo y responsable para controvertir la violencia, no han desfallecido aunque aún prima el escepticismo cuando de implementar este tipo de políticas se trata, reconocen que los resultados no serán inmediatos y que se requiere mucha más coordinación con el Estado y con otras instituciones que trabajan el tema.

Ante el panorama expuesto anteriormente, es importante combatir la problemática de las pandillas desde una perspectiva integral. Desafortunadamente, los últimos gobiernos del Estado guatemalteco han priorizado un enfoque represivo y de mano dura lo que desconoce la importancia de la inversión social que luche en contra de los factores de riesgo; la identificación de los intereses juveniles (pues es necesario que los jóvenes tengan acceso a oportunidades de educación, empleo, actividades culturales, deportivas y espirituales sin discriminación alguna) la relevancia de reconstruir los núcleos familiares y la necesaria formación en valores, entre otros.

Ahora bien, estas estrategias pueden ser fuente de aprendizaje y retroalimentación para otros países latinoamericanos en los que también está presente esta problemática juvenil. En el caso colombiano por ejemplo, se trata de jóvenes hijos de territorios marginales en los que falta la intervención del Estado y donde las oportunidades de desarrollo son escasas, son aquellos que deciden o son empujados a integrar estas agrupaciones ilegales que amplían cada vez más su portafolio de acciones delictivas. Además, realizan indudables alianzas con otros actores ilegales tales como la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia) los paramilitares, las BACRIM (Bandas criminales emergentes) entre otros, aumentando la inestabilidad y propiciando temor en algunas zonas del país. Como en Colombia, en Perú, Brasil, El Salvador, Honduras y en otros países de la región, el fenómeno a pesar de sus diferencias, crece y evoluciona mientras la represión por sí sola no ha logrado acabar definitivamente con esta problemática.

Finalmente, como sociedad tenemos también una gran responsabilidad, necesitamos ser conscientes de los motores que reproducen el fenómeno y tratar de combatirlos o cuando menos dejar de ser indiferentes al problema. Debemos también estar en la capacidad de reconciliarnos y de generar nuevos espacios para aquellos que siempre han permanecido excluidos de nuestro sistema social. Pero ante todo, no podemos poner exclusivamente en manos del Estado y de las organizaciones no gubernamentales la tan anhelada solución a este problema que indudablemente es un síntoma de las condiciones del mundo en el que hoy vivimos. Entre todos podemos evitar este enfrentamiento de pobres contra pobres, lo que se constituye como el crimen perfecto de la mundialización, tal y como lo diría el filósofo Jean Baudrillard.

Bibliografía

Capítulos de libro

Delgado, Acosta Guillermo (2007). Juventud de Rabinal. Identidad y Cambio (pp. 68-69). Guatemala: AK´Kutan.

Ranum, Elin Cecilie (2007). Pandillas juveniles transnacionales en Centroamérica, México y Estados Unidos. Diagnóstico Nacional (p. 42). Guatemala: Instituto Universitario de Opinión Pública.

Entrevistas

Carlos Zúñiga, empresario guatemalteco y antiguo director del CACIF. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Dirigentes del programa Caminando por la paz. Paraíso 2, Zona 18. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Nidia Guillermo, coordinadora del proyecto de la OEA. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Pedro Cruz, coordinador del programa Jóvenes por Guatemala, una estrategia para prevenir la violencia. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Priscila Méndez. Directora del programa de AID en Ciudad Peronia. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Verónica, víctima de las pandillas y colaboradora en programas de rehabilitación para los ex pandilleros. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

Vivien Rueda, directora de la organización sin ánimo de lucro Alianza Joven. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

 NOTAS

1 En este apartado la sociedad civil está siendo entendida como las instituciones organizadas que buscan dar respuesta a una demanda social particular, por ende se comparte la definición expuesta por Lourdes Hum, quien afirma que “la sociedad civil organizada se ha de entender como la expresión organizada de grupos e instituciones que constituyen la base de las que parten las demandas sociales frente a la entidad del Estado.” Ver: Delgado, Acosta Guillermo (2007). Juventud de Rabinal. Identidad y Cambio (pp. 68-69). Guatemala: AK´Kutan.

2 Entrevista a Vivien Rueda, directora de la organización sin ánimo de lucro Alianza Joven. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

3Entrevista a Nidia Guillermo, coordinadora del proyecto de la OEA. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

4 Entrevista a dirigentes del programa Caminando por la paz. Paraíso 2, Zona 18. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010

5 El pastor Malnoqueo Salches, lleva 7 años de trabajo queriendo transformar la comunidad de Peronia, con las pandillas duró 3 años consecutivos, negociando, hablando con los jefes para llegar a la reconciliación. En la iglesia se pusieron de acuerdo los jefes de las pandillas, hubo escenarios donde los jóvenes han pedido perdón públicamente y mucha gente ha respondido a eso. Los dos jefes de las pandillas que dominaban Peronia, andan como hermanos, esto es más espiritual, basado en la fe, es un milagro que ocurrió en Junio de 2009. Muchas instituciones, incluso el gobierno han reconocido que la iglesia es la base fundamental, con muchos comprometidos para trabajar en la prevención también. Entrevista a Priscila Méndez. Directora del programa de AID en Ciudad Peronia. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

6 “En marzo 2006, una confederación de iglesias evangélicas, luteranas y católicas expresaron sus intereses en fortalecer el trabajo de las iglesias en el tema de pandillas. Hasta la fecha, algunas iglesias han promovido algunas iniciativas, sin que éstas hayan sido sistematizadas o institucionalizadas.” Ver: Ranum, Elin Cecilie (2007). Pandillas juveniles transnacionales en Centroamérica, México y Estados Unidos. Diagnóstico Nacional (p. 42). Guatemala: Instituto Universitario de Opinión Pública.

7 Estas iniciativas han logrado vender almuerzos para el programa gubernamental Escuelas Abiertas. Antes robaban, andaban extorsionando, ahora los mismos dueños de las tiendas, 200 aproximadamente, lo que hacen es comprarle los productos a ellos. Entrevista a Priscila Méndez. Directora del programa de AID en Ciudad Peronia. Noviembre de 2010. Ciudad de Guatemala.

8 Entrevista a Priscila Méndez. Directora del programa de AID en Ciudad Peronia. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

9 En este aspecto Zúñiga señala que uno de los jóvenes que estaba formando fue asesinado mientras acudía a un mercado a comprar insumos para su empresa, todo porque los sicarios contratados para matar a los pandilleros vieron uno de sus tatuajes y asumieron su actives en la pandilla. Entrevista a Carlos Zúñiga, empresario guatemalteco y antiguo director del CACIF. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

10 Tenía un miembro de la Salvatrucha, dos ex miembros de Barrio 18, un miembro de White Face, de California y otro de North Hollywood, si se ven en las calles se matan, teníamos que cohesionarlos y volverlos socios de un negocio en común, si lográbamos eso, cualquier cosa se podía hacer.” Entrevista a Carlos Zúñiga, empresario guatemalteco, antiguo director del CACIF. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010

11 Para combatir dicha indiferencia, Zúñiga comenta la estrategia que implementó: “contraté a ex líder pandillero-Agustín Codoy, ahora miembro de las organizaciones Jóvenes con Visión y Jóvenes contra la Violencia- para que él vaya a contar su historia, que hable a los jóvenes para que ellos no caigan en esta trampa. Con que logremos cambiar a 20 jóvenes en un año, son 20 familias que van a pensar diferente, es un trabajo de hormiga, no es cuestión de gran publicidad ni de gastar mucha plata. Por su parte, Agustín, busca también, generar oportunidades para los jóvenes. Lo anterior, a través de capacitaciones técnicas, buscándoles oportunidades labores, y trabajando con pandilleros y ex pandilleros”.

12 Este también es el objetivo del programa dirigido por Verónica Lobos, una joven víctima de la violencia de las maras y habitante de una comunidad marginal. Ella con ayuda de la iglesia, pretende también insertar laboralmente a los ex pandilleros. Lobos comenta que al iniciar el programa en el año 2000, los tiempos eran difíciles pues no tenían como enterrarlos, la mayoría eran de bajos recursos, con familias desintegradas, algunos sin papas, los mismos hermanos cuidaban a sus otros hermanos, buscando su comida y que estudiaran. En este punto cabe resaltar que algunos de los entrevistados han sido víctimas de la violencia de las maras, a pesar de que inicialmente su reacción fue la rabia y la celebración de las políticas represivas, ahora creen en la necesidad de ayudarlos pues consideran que ellos han sido víctimas también, de sus padres, de sus familias y de la sociedad. Por ende, este aporte será en beneficio de todos y del futuro del país. Entrevista a “Verónica”, víctima de las pandillas y colaboradora en programas de rehabilitación para los ex pandilleros. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

13 Entrevista a Carlos Zúñiga, empresario guatemalteco, antiguo director del CACIF. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

14 En este sentido, como estrategia de corto plazo, la iniciativa Construcción de una cultura de paz con los jóvenes centroamericanos a través del dialogo, los medios de comunicación y el arte, financiada por la OEA, pretende que los jóvenes participen, aportando ideas para la construcción de paz. Entrevista a Nidia Guillermo, coordinadora del proyecto de la OEA. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

15 Una de las mayores campañas que han desarrollado se denomina: ROMPE EL CICLO LA VIOLENCIA MARCA, enfocada en la violencia doméstica. Jóvenes por Guatemala, cuenta con un equipo permanente de 35 personas, una red de 450 voluntarios y 14.000 personas en la red de Facebook.

16 Según Cruz, buscamos sensibilizar pues según las estadísticas en Guate, mueren entre 17 y 20 personas a diario a causa de la violencia de las calles, aproximado cada 90 minutos muere una persona. Entrevista a Pedro Cruz, coordinador del programa Jóvenes por Guatemala, una estrategia para prevenir la violencia. Ciudad de Guatemala. Noviembre de 2010.

17 Brindan cursos de Ofimática Aplicada, Diseño Gráfico y Web I y II, Reparación y Mantenimiento de Computadoras, Call Center Bilingüe I y II. Call Center 911, Robótica y Electrónica Educativa, así como cursostransversales de Desarrollo Humano, Gestión de Negocios, Iniciación de Empleo e Inglés Básico y Técnico.

 

This article was published on January 30th: School Day of Non-violence and Peace in Global Education Magazine

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