Panamá: Una nueva vida para los refugiados

Jaqué, El Real, Puerto Obaldía, Boca de Cupe, Yape, Yaviza y la Palma son algunas de las poblaciones que albergan alrededor de 863 personas que ingresaron a finales de 1996 al Darién panameño huyendo de la violencia relacionada con el conflicto en Colombia. Para su protección en Panamá, fue concedido por el Estado un estatuto particular llamado el “Estatuto Humanitario Provisional de Protección” que les proporcionaba el derecho a vivir en el país de manera temporal. Para la población refugiada esta situación es doblemente crítica, pues el estatuto temporal no incluye el derecho al trabajo, salud y educación. El largo camino hacia una solución duradera se concretó en diciembre de 2011 con la entrada en vigor de la ley que establece el cambio de la categoría migratoria para la población temporalmente protegida, abriendo las puertas para que opten por su residencia permanente y, finalmente, su integración plena en Panamá. Aún con este estatuto más favorable, las 863 personas que se benefician directamente con esta ley continúan siendo personas con necesidades de protección.

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